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¡Asistí al Sexto Cicte y salí transformada! Una experiencia clave para el rumbo de Ser Escritura.
CONTENIDOS
Del 14 al 16 de agosto de 2021 se llevó a cabo el Sexto Congreso Internacional de Correctores de Texto en Español (Cicte), organizado por la Asociación Colombiana de Correctores de Estilo (Correcta). El evento, realizado en formato virtual, tuvo como lema El corrector en tiempos de la autoedición y reunió a decenas de profesionales del ámbito editorial para reflexionar sobre los retos del sector y compartir herramientas, experiencias y alianzas.
Asistí con la expectativa de actualizarme… y terminé saliendo con una visión mucho más clara sobre mi oficio. En esta entrada te comparto qué me dejó el evento, qué recursos encontré y por qué digo que fue un antes y un después para Ser Escritura.

Yo soy Cicte
El Sexto Cicte arrancó con una bienvenida muy cálida. Cada quien se tomó una selfi al momento y la compartió en redes sociales con la etiqueta #YoSoyCicte. Ese gesto nos hizo sentir parte de un mismo espacio, aunque estuviéramos conectadas y conectados desde distintos países. Este fue mi autorretrato:
¡Quiero ser consultora editorial!
La conferencia inaugural, a cargo de Mariana Eguaras, fue reveladora para mí. Desde que fundé Ser Escritura, me he presentado profesionalmente como correctora de estilo. Pero, gracias a esa charla, entendí que lo que realmente deseo es acompañar los procesos de escritura desde su origen. Lo que quiero ser es consultora editorial.
¿Y qué hace una consultora editorial? Acompaña la creación de un texto desde la idea inicial hasta la versión final. La corrección de estilo y de pruebas forma parte del proceso, pero no lo agota. En esencia, se trata de ofrecer soporte editorial externo, sin necesidad de pertenecer a una editorial.
Este concepto —que, según entendí, fue posicionado en español precisamente por Mariana Eguaras— me resonó profundamente. Desde que lo escuché, supe que ahí estaba el rumbo que buscaba sin saberlo. Por eso afirmo, sin exagerar, que el Sexto Cicte marcó un parteaguas en mi camino profesional… y también en el de Ser Escritura.
Un congreso con rostro femenino
Durante el evento, la correctora mexicana Daniela Ivette Aranda, de la Universidad Autónoma Metropolitana, compartió un dato que me impactó y con el que me sentí profundamente identificada:
Tanto en la edición como en la corrección somos mayoría femenina.
Esta afirmación no solo refleja una estadística, sino también un compromiso colectivo por construir un oficio más colaborativo y justo.
Lenguaje inclusivo: más que palabras
Uno de los temas que más me resonó fue el del lenguaje inclusivo. Es una herramienta que uso a diario, sobre todo al dar soporte editorial externo a organizaciones como Save the Children México.
De este congreso me llevo cuatro notas:
1. Modii: un recurso clave
En este encuentro supe que recién se ha creado la primera plataforma de comunicación inclusiva en español: Modii.
Además, Mónica Ropaín y Soledad Bellido anunciaron que muy pronto abrirían el primer curso gratuito de Modii sobre comunicación inclusiva… ¡y, por supuesto, ya me anoté!
2. #LenguajeInclusivoEs: un bonito recuerdo
Una de las actividades que más me gustó fue un ejercicio colectivo que consistió en compartir, a través de redes, qué es el lenguaje inclusivo para cada quien, usando la etiqueta #LenguajeInclusivoEs.
Esta es la imagen que creé y compartí desde el Twitter de @serescritura:
3. Encuesta sobre lenguaje inclusivo: un dato interesante
Durante el congreso, también nos invitaron a responder una encuesta de una sola pregunta:
¿Cuál de estas opciones te parece más inclusiva?
- todas y todos
- todas, todos y todes
- todos
- todas las anteriores
Para mi sorpresa, fui la única persona que eligió la última opción: todas las anteriores.
¿Por qué considero que todas las alternativas son aceptables, incluido el masculino genérico? Porque estoy convencida de que el lenguaje es un acto contextual. No basta con atender la norma: hay que pensar también en la audiencia, el propósito y la situación comunicativa. Como bien lo dijo Nuria Gómez Belart, durante su participación como ponente: la pragmática importa.
4. ¿Por qué no correctoras y correctores o personas correctoras de textos?: una inquietud
Un detalle que no pasó desapercibido en las mesas sobre lenguaje inclusivo fue el propio nombre del congreso: Congreso Internacional de Correctores de Texto en Español. Si bien refleja una larga tradición profesional, sería valioso que este espacio adoptara un nombre más representativo.
Se podría cambiar correctores por correctoras y correctores o personas correctoras de texto. Un cambio así no es menor, considerando que la mayoría de quienes ejercemos este oficio somos mujeres y que, además, hay personas con identidades no binarias dentro del gremio.
Repensar el nombre del congreso sería un gesto simbólico potente y coherente con los principios de inclusión que muchas personas defendemos desde la práctica editorial.
¡Gracias, Cicte!
Este encuentro me hizo sentir muy acompañada. El trabajo editorial —especialmente en tiempos de pandemia— puede volverse solitario. Pero, durante este congreso, me sentí parte de una comunidad amplia, apasionada y comprometida con el poder de las palabras.
Y más que eso: encontré claridad. Gracias al Sexto Cicte descubrí que mi meta no se limita a corregir textos. Mi verdadero camino está en acompañar procesos de escritura con mirada crítica, escucha activa y enfoque estratégico. Ahora tengo claro que quiero ser consultora editorial. Y quiero que Ser Escritura también crezca en esa dirección.
Sobre mí

Soy Itzamá Enríquez Íñiguez, filósofa por formación y consultora editorial en Ser Escritura. Desde 2022, formo parte de la Asociación Internacional de Lenguaje Claro (Plain).
Sigamos la conversación en El blog de Ser Escritura y en el pódcast El pretexto son los libros.
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